domingo, 17 de enero de 2010

Un pensamiento herrante

¿Nunca os ha pasado que tenéis unas ganas horribles de llorar pero no podéis hacerlo? Tengo un día de esos...buen, más bien tengo unas semanas de esas, que por más que lo intente no puedo verter una lágrima, y lo necesito.Y yo ya me pregunto...¿me habré vuelto una insensible? No creo, sigo sintiendo todas esas emociones: el estrés de una entrega, el cansancio de un día agotador, la felicidad encontrada en las pequeñas cosas, el sentimiento de estar enamorada y la ilusión de ese pequeño tonteo...No, no me he vuelto un robot.


Por ahí dicen que soy una mosquita muerta, que no me enfrento a las cosas, pero yo creo que soy mosquita escarmentada, que lo he pasado tan mal que me da miedo mover la reina y hacer jaque mate al rey. Y no sé si este encogimiento de alma se debe a que ya tengo la necesidad de sincerarme, de decir en voz alta las cosas que llevo dentro tan guardadas. Me gustaría poder decirlo sin ser rechazada, sin hacer daño y sin estropear nada...pero no me atrevo ni siquiera a jugar con el peón de rey. Y un algo...no ser herida.


Tan sólo decir un me gustas, o contar algo y no ser puesta en duda. Ya no quiero ser más el último eslabón de mi cadena, el machacado y muescado, el que no cuenta para sostener la armonía mutua. Siempre pensé que me lo había ganado, que valía tan poco que yo misma era eso lo que merecía, que todo mal que había era mi causa, que no soy guapa o inteligente o una persona normal, y que no tenía nada por lo que luchar o ganar. Gracias a muchas personas y situaciones me he dado cuenta que esto no es así, que tengo miles de cosas por las que luchar y ser feliz, y que valgo un poquito más que nada, que sí que podré decir soy feliz y que quiero serlo por ello. Y sé que a esas personas no les digo todo lo que las quiero tanto como debería hacerlo, y que soy borde o irascible, pero es mi escudo, y ellas no saben lo que me gustaría abrazarlas y decirles un te quiero. Tantos días y noches que comparto y que espero compartir siempre.


Y puede que ahora caigan lágrimas por mi rostro, pero son lágrimas de felicidad, de saber lo que tengo y de lo agradecida de tenerlo que estoy. Puede que llore y que lo necesite. Y puede que me arme de valor algún día no muy lejano para decir un me gustas mucho, un te quiero, un te necesito, un te echo de menos...


Gracias amigos, y gracias lectores :)